Indicios de presencia del oso

Algunos de los rastros del oso pardo son muy característicos, y, si nos los encontramos por la montaña, fácilmente podremos identificar su paso por el territorio. Otros indicios no son tan fáciles de identificar.

Las huellas son inconfundibles por la medida, la forma y la marca de los cinco dedos. Se parecen a las del tejón, pero son mayores y con un dedo más. Las huellas de las patas de detrás son como las de los humanos, marcan claramente toda la planta y los cinco dedos y las uñas. La pata de delante marca la parte anterior de la planta y a veces el talón redondeado. Las huellas son de una anchura de 10 a 15 cm.

 

web_2Huellas de oso

web_3
Huellas de oso

 

web_4Huella de oso al lado de huellas de zorro

La forma y el tamaño de los excrementos es muy variable y depende principalmente de la alimentación del individuo. Si ha comido carne, son más bien alargados y con pelos y con un fuerte olor desagradable; cuando comen hierba, son varios y redondeados, todos llenos de hierbas y algunos restos de insecto y con mejor olor. Y, cuando come frutos secos y semillas, contienen numerosos restos de cáscaras de semillas y son cilíndricos y con un gran diámetro.

web_5Excrementos de oso con ingesta de frutos

También se pueden observar marcas o arañazos en los troncos entre los 30 cm y los 2 m de altura; los muerden o los rascan dejando marcas de 3 a 4 uñas.

Los hormigueros o avisperos destrozados y piedras muy grandes revueltas también son indicios del paso del oso, así como pequeñas excavaciones redondeadas recubiertas con un lecho de hierba y situadas en lugares poco accesibles. En estos lugares es frecuente encontrar pelos de oso.