Realizado por Giulia Bombieri de la Universidad de Oviedo y más de 50 co-autores (el Departamento de Territorio y Sostenibilidad ha colaborado). Se han analizado 664 casos de ataques de osos pardos sobre personas en todo lo mundo entre 2000 y 2015.

Los resultados más importantes son:

  • El principal escenario es el de encuentros con una hembra con cachorros (reacción defensiva). Y después encuentros repentinos, presencia de perros, osos heridos y muy pocos osos con conductas predatorias.
  • Los ataques se han incrementado con el tiempo.
  • Los ataques son más frecuentes en zonas donde hay elevadas poblaciones de osos y de personas.
  • En Europa, donde se han producido menos ataques es en el Suroeste, en España (n=5), Francia (ninguno) e Italia (n=2) (ninguno de ellos con resultado de muerte). Donde más, en Rumanía, Eslovaquia, Suecia y Finlandia.
  • La mayor parte de los ataques se producen en verano (48%) y durante el día (73%).
  • La gente que fue atacada hacía actividades al aire libre: excursiones, recoger bayas, setas, camping, pesca, correr. También a pastores guardando las manadas, cazando, o haciendo trabajos de campo.

Es importante remarcar que la palabra “ataques” tiene una connotación agresiva, pro-activa, que no se ajusta a los comportamientos re-activos descritos en este trabajo sobre ataques de osos a personas en todo el mundo. En realidad se habla de comportamientos defensivos (en el 50% de los casos, de osas hacia sus cachorros) o bien contactos físicos en reacciones de huida de los animales en encuentros repentinos y próximos. En el fondo, ¿qué causas pueden ser? Principalmente el incremento de las actividades humanas (especialmente turísticas y recreativas) en un territorio cada vez más accesible a las personas y con una densidad mucho más grande que hace unos 10-15 años.

Link: Brown bear attacks on humans: a worldwide perspective