A menudo, la conservación de especies de grandes carnívoros en ambientes humanizados, depende, en gran medida, de la comprensión de cómo diferentes factores sociales, psicológicos y económicos interactúan en un territorio. Muchos conflictos entre el hombre y estas especies surgen a raíz de diferentes percepciones y valores en diversos sectores de la sociedad, relacionados con el hecho de que estas especies pueden amenazar la ganadería y la economía rural, el uso del espacio o incluso de las propias personas.

Es por este hecho, que la tolerancia hacia estas especies es el factor clave por una convivencia con armonía y la que permitirá sostener sus poblaciones o aplicar medidas de recuperación.

La coexistencia con el oso no está exenta de conflictos, reales o percibidos, relacionados con el uso del territorio y la presencia del oso, y que tienen que ser reducidos dentro de lo posible. Por este motivo, la administración trabaja codo con codo con los diferentes agentes implicados para hacer realidad una coexistencia real a largo plazo. La Generalitat trabaja para reducir el nivel de conflicto relacionado con el oso a partir de dos vías: implementación de medidas de prevención y aplicación de un protocolo de indemnizaciones por daños producidos.