Amenazas

La principal causa de la regresión y extinción del oso en Catalunya y a buena parte de los Pirineos fue la persecución humana, sea con armas de fuego, con trampas o con venenos. Hay que recordar que el oso está protegido desde el año 1973. Así y todo, durante el periodo 1972-1992 se calcula que unos 25 osos fueron muertos en las dos vertientes de los Pirineos, francesa e ibérica.

A finales de la década de los años 1980, la población pirenaica llegó a un estado de no retorno, que acabó con la muerte natural de un macho viejo de 29 años, Papillon, y la muerte por tiros de la última hembra, Canelle, los dos en el 2004. En el 2010 desapareció el último ejemplar cien por ciento pirenaico, Camille.

Únicamente un proyecto de reintroducción podía reanimar esta especie en el Pirineo. Por esta razón, el año 1996 se emprendió un programa piloto (liberación de dos hembras en 1996 y un macho en 1997) con el fin de comprobar la aclimatación de aquellos animales, con la ayuda del programa LIFE de la Unión Europea, llevado a cabo por el Gobierno de Francia con la colaboración del Gobierno catalán. Posteriormente se continuó con la liberación de 4 hembras y 1 macho el año 2006.